jueves, 5 de mayo de 2011

CON LOS CINCO SENTIDOS

Cuando seamos tan, tan, tan viejos que no recordemos nuestro nombre abriremos mucho los ojos al pensar en el Perito Moreno , el Fitz Roy, el Aconcagua y Torres del Paine.
Mangos de Copacabana.
El viento de Patagonia y el Estrecho de Magallanes.
124 noches en Argentina.

Si se nos ponen los pelos de punta será que el River salta a la cancha; se encienden decenas de bengalas, vuelan cientos de papeles y gritan miles de gargantas, el Boca les espera.
Helados de dulce de leche en Salta.
La lluvia de Tucumán.
27 noches en Chile.

Sonreiremos si una ballena se cruza en nuestro paisaje y nos enseña la cola.
Asado y mate con azúcar en las Sierras de Córdoba.
El frío de la primavera de Ushuaia, la Laguna Colorada y los Geiseres del Tatio.
9 noches en Bolivia.

Con los ojos entrecerrados buscaremos las estrellas del cielo de Atacama, tan brillantes y si se nos escapa una lágrima será que estamos sentados en el tranvía del Museo de la Memoria de Córdoba.
Hojas de coca en Potosí.
El calor de Pucón, Iguazú y Santiago.
7 noches en Perú.

Al apretar los puños estaremos atrapando el polvo de las minas de Potosí y agarrando la mano de las madres de la Plaza de Mayo.
Pan relleno, zumo, scones, bondiola y bife de chorizo en Buenos Aires.
El barro del trekking del Salkantay.
14 noches en colectivo.

Entretendremos el insomnio con  la noche más larga del año en la ciudad más austral del mundo, Ushuaia.
Alfajores de San Antonio de Areco.
La arena de Villa Gesell y Puerto Madryn.
36 sellos en el pasaporte.

Veremos mujeres y mercados bolivianos en colores y nos asombraremos cuando la magia de Chiloé haga juegos de manos.
Langostinos en Puerto Madryn.
La nieve del volcán Villarrica y el Glaciar Viedma.
7 monedas.

Cuando las rodillas digan que no, subiremos las escaleras a Machu Picchu y las cuestas de Cuzco.
Palomitas en el trekking del Salkantay.
El polvo de la Ruta 40.
36 camas.

Si tenemos frío los niños de Llullaillaco nos darán calor y cuando no nos quede nada llegaremos en línea recta al Chaltén; sin nada, con nada.
Menús navideños en Ushuaia: ensalada, empanadas y choripan.
Las piedras de Playa Rahue en Chiloé.
393 horas en colectivo.

Querremos oir canciones en la Quebrada de las Conchas de Humahuaca, pasear por San Telmo y Caminito y nadar en Tigre.
Sopa y quinoa en Uyuni.
La niebla de los bosques chilenos de araucarias.
17384 kilómetros recorridos en colectivo.

Todo pegado en las suelas.
Calado en los huesos.
Tatuado en la piel.

Ahora los pájaros llenan el acebuche del jardín.
CAMPO BASE EL PALMAR, CÁDIZ.