viernes, 28 de enero de 2011

CONTRABANDO

Parece que hace años que estuvimos en el hielo.
El paisaje ha cambiado completamente, así que a ver si os vamos poniendo al día.

Hemos vuelto a cruzar la FRONTERA.
De Bariloche a Chiloé.
780 kilómetros.
10 horas de autobús.

Entrar en Chile es un poco complicado porque son muy estrictos y no permiten la entrada de ningún producto de origen animal o vegetal.
La declaración jurada que tienes que firmar dice que no ingresas en el país ni siquiera con una pieza de fruta.
Ese control supone que todos los pasajeros de los autobuses bajan con su equipaje de mano, los conductores vacían el maletero, la policía sube y registra el autobús y todos los bultos pasan por el escaner.
Las colas que se forman son monumentales.

Atención: Carabineros chilenos abstenerse de seguir leyendo.

Medio kilo de frutos secos, dos naranjas y una manzana. Es nuestro botín.
Como somos muy listos y nos sabíamos lo del escaner, las mochilas y la policía mirando en los asientos del bus, nos metemos todo eso en los bolsillos del goretex.
Ahora viene la sorpresa: no sabemos dónde meternos cuando vemos aparecer un perro con uniforme de policía y nos hacen ponernos en fila.
Nos huele uno por uno. Se para mucho, lo olfatea todo.
Sería muy triste crear un conflicto internacional y que tenga que venir Sarcozy a salvarnos por  unas almendras.
Qué vergüenza que te hagan salir de la fila y vaciar los bolsillos. Por no hablar de la multa. No queremos ni pensarlo. Ni nos miramos.
Está acatarrado, no ha olido nada. Volvemos a respirar.
Sería muy gracioso tener una foto del chucho pero habría salido movida, estábamos temblando.

Después de esta entrada un tanto accidentada llegamos a Castro, la capital de CHILOÉ.
Es una isla chilena en el Pacífico en la que según nuestra guía "cuando no está cubierto de neblina o lloviendo es porque está lloviznando."
Tal cual, las dos horas que nos cuesta atravesar la isla hasta nuestro alojamiento son así.
Más vale que el Hostel es muy acogedor y enseguida entramos en calor.


                       AL CALOR DE LA ESTUFA

Pan y mermelada caseros en el desayuno, fruta fresca.
Enseguida nos sentimos bien. Es una isla amable, se detiene el tiempo.
Mágica Chiloé.
Los hombres son gente de mar; algueros, mariscadores y pescadores.
Las mujeres tejen y cuidan sus huertas para vender en el mercado bufandas y ajos chilotas; jerseys de pura lana y patatas.
Hablando de patatas, no comíamos tortilla de patatas desde Nochevieja y pensamos que en Chiloé tenía que saber riquísima.
Compramos lechuga, tomate, huevos y patatas y salimos a comer a la terraza después de una mañana en el mercado.

                                  MEDIODÍA

Insuperable. El huevo es color huevo. Si cierras los ojos puedes oler el tomate.
Recuperamos sabores de verdad.
Esta comida está lejos de las algas, el curanto y las ostras típicas de la gastronomía chilota, pero eso lo dejamos para el que venga a hacer la Guía Michelín, que se lo curre un poco.

La "bella Castro" tiene más  que ofrecer que los mercados tradicionales. Uno de sus mayores atractivos son los PALAFITOS.
Son casas construidas sobre estacas de madera en el agua.
Nuestro hostel es uno de ellos.

                          PALAFITO HOSTEL

Es el que tiene el lateral amarillo y rojo, a la derecha de la imagen.
Cuando sube la marea sientes las olas debajo de tus pies. La otra noche nos despertó la subida de marea y nos encojíamos instintivamente en la cama, intentando evitar la ola que nunca llega. Toda una sensación.
Si a eso le sumamos que estamos en zona de tsunamis y terremotos, se vuelve todavía más emocionante.

           EN CASO DE DUDA SIGUE LA FLECHA

Este cartel es frecuente en las zonas cercanas al mar en esta isla. Así no te vuelves loco y sabes hacia dónde echar a correr. Muy práctico.

Además de ser una isla que conserva la forma de vida tradicional, Chiloé tiene más de 150 IGLESIAS de madera.
16 de ellas son PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD. Seguro que la Wikipedia tiene unas fotos estupendas.
Nosotros hemos visitado tres de ellas: Dalcahue, Achao y Curaco.
El primero de esos pueblos está en la Isla Grande de Chiloé y los otros dos en Quinchao, más pequeña y con acceso fácil en ferry.
Entre isla e isla nos encontramos con la PLAYA DE RAHUE.

ÉSTA SÍ, ÉSTA NO

Mar abierto, PACÍFICO bravo.
Una playa diferente. Piedras, fósiles, buscadores de oro y algas con las que puedes jugar a que parezcan lo que tú quieras.
La ida a la playa la hacemos andando y la vuelta en ranchera, con los aparejos de pesca y el viento en la cara.

                            MELENA AL VIENTO

No  hemos vuelto a hablar de la lluvia.
Desapareció la primera noche y nos regaló unos días de sol.

Nos llevamos de Chiloé la receta del pan casero de Liz y Viola, unos pendientes mapuches y su magia.
Querida Chiloé.

miércoles, 19 de enero de 2011

REVIAJE

Seguimos en la Patagonia.
Miles de kilómetros de Patagonia.
Conforme avanzamos hacia el norte se suaviza el paisaje y el clima, aunque sigue siendo "patagónico"; en un mismo día necesitas ropa térmica, crema protectora , llenarte los bolsillos de piedras, la capucha y buscar la sombra subiendo una cuesta a pleno sol.
Nos cuesta separarnos del Perito, pero seguimos camino hacia El Chaltén.
En el glaciar ha habido novedades.
El día siguiente al que nosotros estuvimos allí se cayó el arco, el que fotografiamos.
Inimaginable el estruendo, el cambio de paisaje. Hemos visto videos de gente que lo grabó. Se nos escapó por poco. Tardará unos 2 o 3 años en formarse de nuevo y volver a caer. Y así una y otra vez. El glaciar sigue vivo.

En EL CHALTÉN nos encontramos con un pueblo aparecido en 1985. El gobierno argentino colocó allí apresuradamente una comisaria, una iglesia y cuatro casas para reclamar ese terreno antes de que lo hiciera Chile. A partir de ahí lo declaró "Capital nacional del trekking" y se dedica a recibir a miles de montañeros y escaladores que acuden a la llamada del FITZ ROY.

                            DESDE EL BUS

La llegada por carretera es impactante. El Cerro Torre a la izquierda y el Fitz Roy a la derecha.
No hay muchos días despejados, así que hacemos fotos desde el bus por lo que pueda pasar mañana.
"El Chaltén" es el nombre que los indios tehuelches dieron al Fitz Roy, ya que durante mucho tiempo pensaron que era un volcán -"montaña humeante"- por su cima casi constantemente cubierta de nubes arrastradas por el viento.
Se va la luz con frecuencia, en el supermercado tenemos que estar atentos para pillar un paquete de macarrones ( de la fruta ya ni hablamos), no hay cobertura de móvil (cosa que no nos afecta  demasiado), ni televisión y el clima es bastante antipático.
Queremos disfrutar del aislamiento de Patagonia y tomar papaya en el desayuno mientras nos da el sol en la cara. Va a ser que no.
Hemos subido a la Laguna Torre, paisaje parecido a Torres del Paine. Bosque en la subida y torres de granito imponentes (3128 m) vistas desde la Laguna como premio.


              TORRES VECINAS DEL FITZ ROY

Los escaladores pasan aquí semanas, cuando no son meses esperando una ventana de buen tiempo para poder atacar. La dificultad técnica, el clima, la cantidad de accidentes mortales y el reto personal llevado a su máxima expresión les motivan.
Nosotros con un día de espera tenemos suficiente. El día que planeamos acercarnos al Fitz Roy resulta ser ventoso, lluvioso y frío así que lo pasamos en el Hostel. Película, sudokus,  charla y partidas de cartas.

El GLACIAR VIEDMA tampoco nos lo pone fácil.

         NIEVE BLANCA-SEDIMENTOS OSCUROS

Tenemos que hacer dos aproximaciones en barco, dos días diferentes, para poder llegar.
El viento impedía acercarse al bote para que desembarcáramos el primer día. Estábamos en un lago y parecía alta mar. Olas por todas partes.
En el segundo intento tenemos más suerte y nos podemos poner los grampones y dar un paseo de 2 horas por el glaciar más grande de Argentina. Más grande que el Perito Moreno, sí, aunque con un frente menos espectacular.

                        PISANDO EL HIELO

Pertenece al mismo Parque Nacional que el Perito y junto a otros 360 glaciares más forman el tercer campo de hielo más grande del mundo, después de la Antártida y Groenlandia.
Vamos un grupo de 15 personas con 3 guías y el  recorrido nos sabe a poco. Resulta fácil caminar por puro hielo y los guías se ocupan de hacer algún escalón con el piolet y avisarnos de las grietas. Nosotros sólo a disfrutar.

                                 GRIETA

Del hielo al polvo.
De El Chaltén hacemos un trayecto en bus de 25 horas por la RUTA 40.
No  habíamos oído hablar de ella pero aquí resulta mítica.
La gracia está en que tragas polvo dentro del autobús atravesando cientos de kiómetros de pista bacheada. Digo cientos por no decir miles.  Alrededor, la nada. Nada de nada.
Los vehículos con los que nos cruzamos son camiones preparados de italianos y alemanes que quieren atravesarla por el puro gusto de contarlo. Otro placer que no entendemos muy bien. Hay gente "pa tó".
Los autobuses de línea que circulan por aquí son los más viejos, justo antes de llevarlos al desguace los traen a la Ruta 40, sin exagerar.
El ruido del motor es ensordecedor, vibra cada tornillo, de vez en cuando se para, otras veces paramos antes de que pase eso para que se enfríe, los conductores (hay dos que se turnan según las ganas que tienen de dormir o conducir) le dicen cosas bonitas, toman un trago de mate y seguimos. Toda una experiencia.

Así llegamos a EL BOLSÓN, un pueblo pequeño, recomendado en la guía de viaje por su artesanía y sus alrededores para hacer trekking.
Pequeño, muy agradable, rodeado de bosques y rebosante de grosellas, cerezas, uvas...Este fin de semana se celebra la "Fiesta de la Fruta Fina".
Pero no es por eso por lo que hemos venido hasta aquí. Juan, nos acordamos de tu recomendación.
Queremos montarnos en el TREN DE LA TROCHITA.


                            TREN A VAPOR

Viejo expreso patagónico que circula desde 1922 y se conserva tal cual.
Tan interesante como el viaje resulta la charla previa. La guía que nos iba a acompañar no aparece, con tan buena suerte que es un viejo ferroviario, nada más y nada menos el jefe de talleres, el que nos enseña los entresijos de las máquinas que usan para mantenerlo al día y repararlo cuando tiene algún achaque. Es un auténtico placer escucharle.


                          PASAJEROS AL TREN

Hacemos un recorrido de 52 kilómetros, 2 horas por la estepa. Para ser un tren a vapor de casi 100 años la media no está nada mal.
Entre el humo negro y el traquetreo nos imaginamos en una película.
Un viaje en el tiempo. Uno más.

De vuelta al Bolsón dedicamos el día siguiente a explorar los alrededores y vamos a la Cabeza del Indio y la Cascada Escondida.

                      SAN DONATO-EL INDIO

Bosques y puente colgante que se bambolea como ninguno.


                     PASARELA SOBRE EL RÍO

Nos quedamos con ganas de subir al Piltriquitrón pero una vez más la lluvia y el viento deciden que hoy no es el día. Estamos en sus manos. Hacía mucho que no sentíamos la naturaleza tan poderosa.

Socorro.
Llegamos a BARILOCHE.
Tiendas, ruido, coches, mucha gente. La primer impresión nos deja un poco aturdidos. Parece mentira pero después de mes y medio sin pisar una ciudad grande estamos un poco descolocados.
Chocolate, chocolate y más chocolate.
Imposible resistirse.
Huele a chocolate.
Soñamos con chocolate.

                           CENTRO CÍVICO

Además del centro comercial con su típica arquitectura de piedra y madera, afortunadamente Bariloche tiene otros encantos.
Está a la orilla del Lago Nahuel Huapi, en el Parque Nacional del mismo nombre.
La buena noticia es que en éste no hay que pagar, así que nos ponemos manos a la obra y vamos de excursión.

                         LAGO NAHUEL HUAPI

Nos levantamos a las 7'00 H para tomar un colectivo que atraviesa pistas por medio del bosque y se supone que nos deja al comienzo de un sendero después de 1'30 H de curvas .
Llueve. Diluvia. Cada vez más. El sendero está escondido. No lo encontramos.
Vuelta al colectivo.
Nos hemos ganado el almuerzo.
Qué rico el bocadillo y los frutos secos. Qué bonito el paisaje detrás del cristal.
A las 11'00 H estamos de vuelta en Bariloche con la barriga llena.
Pedazo de excursión.

El último día el tiempo nos da una tregua.
Otro colectivo, en busca de otro sendero.
Esta vez lo encontramos y subimos al CERRO CATEDRAL pasando por le Refugio Frey.

                        PICACHUS AFILADOS

Yo me quedo a 1700 m tomando el sol en una laguna verde.
Edorta sigue subiendo, trepa, pisa nieve y llega a 2000 m, al "Filo", la cresta de la montaña.

                          EN LO MÁS ALTO

Bajamos por otro camino que pasa por una cascada, un lago y un bosque de coihúes. Hoy sí nos ha cundido el día de monte. 9 horas con las botas puestas. Así nos gusta.
Nos vamos con buen sabor de boca de Bariloche.
Si las medialunas están rebuenas y el día relindo, hemos encontrado una palabra para definir este viaje.
Nos la dijo Marcela en El Bolsón: "Lo que ustedes están haciendo es un reviaje".
Cómo no se nos habría ocurrido antes.
Seguiremos informando.




sábado, 8 de enero de 2011

¿HAY ALGUIEN AHÍ?

¿Hay alguien ahí?
Aquí El Calafate llamando al planeta tierra.
Estamos en otra órbita. Cada vez estoy más convencida. 
Estos paisajes no son terrenales.
Como dijo Jack "El Destripador" vamos por partes.

Acabamos el año en Ushuaia con tortillas de patatas añadidas al  choripan y las empanadas del Hostel.
NOCHEVIEJA diferente, brindando con desconocidos e intuyendo el amanecer a las 4'00 H de la madrugada.
Después del brindis de las 24'00 H fuimos al Irish Pub de Ushuaia con una mexicana, un francés y una argentina. No es el principio de un chiste, es la vida misma.

   HOSTEL ANTARCTICA, A VER SI NOS VEIS

Ese mismo día el jefe del Hostel nos propuso un cambio de habitación: dejamos el dormitorio compartido de 6 personas y nos vamos 3 noches a una habitación doble, regalo por larga estancia. ¿Os habíamos contado que nos encontramos una herradura en una estancia un día de caminata y que desde entonces viaja en mi mochila? Pues eso, ya está funcionando a tope.

Los días siguientes fueron de buen tiempo y llegamos a los 25º con la llegada de varios cruceros al puerto que marcaban el inicio de la temporada alta.
Momento oportuno para cambiar de paisaje.

La siguiente parada fue PUERTO NATALES, primera escala en CHILE.
Después de 727 km y 15 horas de viaje llegamos a Tin House, la Casa de Lata.
Es nuestro nuevo alojamiento para estos días.


                    LA CASA DE LATA

No queríamos creer que era esta casa cuando pasamos por delante, pero así son las cosas. 
Si le quisieran cambiar de nombre, podrían ponerle "Las apariencias engañan".
Cálida, decorada con mucho gusto, las mejores sábanas desde el principio del viaje, pan integral casero en el desayuno, sólo 8 huéspedes y un anfitrión inmejorable.
No acaba ahí la cosa. El dormitorio de 4 personas que habíamos reservado está ocupado y nos ofrece por el mismo precio una habitación doble. ¿Os lo podéis creer? Seguimos en racha.
Puerto Natales tiene un par de calles llenas de agencias que ofrecen viajes a Torres del Paine, tiendas de artesanía y supermercados para montañeros que preparan su visita al Parque Nacional. Además puedes dar un paseo por el Lago donde comienza un viaje de 4 días por los fiordos chilenos. Otra excusa para volver.
¿Os acordais de las tiendas de las películas del oeste donde venden harina a puñados junto con ropa amontonada y sartenes colgadas del techo? Las copiaron de aquí. Hacemos chirriar la puerta y entramos con la boca abierta, creen que los europeos estamos alelados, seguro.
Saliendo de las calles comerciales el pueblo es de los natalinos que siguen construyendo sus casas de lata y madera, como los pioneros.

                            ROPA TENDIDA

Desde aquí planeamos la visita a TORRES DEL PAINE.
Madrugamos y pasamos un par de horas de bus (180 km) hasta llegar a la entrada del Parque.
Nuestra cartera vuelve a temblar y empezamos a andar. Eso de pagar por andar en el monte lo llevamos regular. No nos acostumbramos. Ni nos queremos acostumbrar.
¿Os imaginais pagar cada vez que vais al Pirineo? 
Otra vez el mosqueo nos dura poco. 
En el camino no te da tiempo a aburrirte: ojo río, ojo guanaco, ojo puente, ojo flores, ojo excursión de alemanes.
Y todos con el mismo objetivo: subir los 750 m de desnivel que te llevan al Mirador de las Torres.
La subida es al lado de un río, un bosque y la parte final con mucha pendiente por la morrena del glaciar, la parte más difícil.
Llegas a un collado y ahí están.
Os presentamos, de izquierda a derecha a doña Torre Sur, doña Torre Central y doña Torre Norte.

                MIRADOR TORRES DEL PAINE

El tiempo es muy bueno. Pasamos 40 minutos contemplándolas, nos da pena hasta girarnos para hacernos alguna foto para no dejar de verlas. El verde del agua, el granito y las nubes enganchándose en los picos.

                      ALMUERZO CON VISTAS

Creíamos que este paisaje era insuperable. Pues no.
Tres días después fuimos a El Calafate, pueblo base para ir al Parque Nacional de los Glaciares del Sur.
Nos esperaba el PERITO MORENO.
Lo más de lo más.
Inmenso.
Imaginaos el paisaje que más os guste, el que no os cansais de mirar y multiplicadlo por mil, por un millón, por mil millones.
No habíamos visto nada así.

             CARA SUR  PERITO MORENO

La primera vez que ves el Glaciar sobrecoge.
Un nudo en la gartanta, los ojos como platos, no te atreves a hablar, no vaya a ser que se rompa el hechizo y desaparezca si rompes el silencio.
Fuimos en una excursión llamada ¨Tour Alternativo¨.
Vimos nuestros primeros cóndores en la cordillera.
Se nos acumulan las cosas para contar, a ver si nos centramos.
Estábamos en el Perito.

                 DE ESPALDAS AL GLACIAR

Tuvimos 2 horas de tiempo en las pasarelas para contemplarlo. Saben a poco.
El día fue radiante.
Dicen que cambia de color, dicen que suena, dicen que caen icebergs, dicen que atrapa. Todo es verdad.
Maravilloso.
Cruje, es blanco, celeste, azul intenso. Está vivo y lo mejor es que incomprensiblemente, mantiene su nivel o incluso crece cada año.
Nos acercamos más en barco, una hora más de contemplación.

                           ARCO DE HIELO

La inmensidad de la belleza.

Seguimos hasta el día 9 en El Calafate.
Estas últimas paradas de 3 días nos están resultando muy cortas, alargaremos las próximas para disfrutarlas más.
Tiempo tenemos, prisa no hay.
Feliz semana.