sábado, 26 de febrero de 2011

EL CENTINELA DE PIEDRA

El gigante nevado.
El techo de América.
El volcán de las nieves perpetuas.
Con todos ustedes el ACONCAGUA.

Nos levantamos a las 5,00 H para coger el Expreso de Uspallata que nos deja 4 horas después en la entrada del PARQUE NACIONAL ACONCAGUA.
Entre curva y curva amanece y empezamos a desperezarnos. Pasamos durmiendo la mayor parte del viaje. Los colores de las montañas de USPALLATA con la luz de la mañana cobran vida.
Parecen un decorado, fueron un decorado. El de la película "Siete anos en el Tibet" que fue rodada aquí por su parecido con los paisajes de Asia Central.
Nada mas pasar el cartel nos encontramos con el Centro de Visitantes.


ENTRADA AL PARQUE, 2900 METROS


A sacar la cartera.
El permiso de un día de trekking en el Parque cuesta 75$ a los extranjeros y 25$ a los argentinos.
Si lo llegamos a saber tramitamos antes de venir la doble nacionalidad.
Subimos más ligeros después de dejar un monton de monedas y billetes en la taquilla.
La previsión del tiempo es buena para hoy, despejado y con  ligero viento sur (frio).
Empezamos a subir a buen ritmo, llevamos poco peso en la mochila y adelantamos a Gerard, un polaco que planea alcanzar la cima de aquí a 11 días si las condiciones meteorológicas lo permiten. Su mochila es gigante y muy pesada.
Hoy es su primer día de aproximación y aunque no lo tenía previsto dice que al llegar al campamento contratará mulas que lleven su carga durante los próximos días. Demasiado peso.
Le deseamos suerte para alcanzar la cima.
Nos desea suerte.

Se va notando la altura y nos cuesta más avanzar.
El sendero está muy pisado, no tiene pérdida y cada vez que levantamos la cabeza ahí está  el Aconcagua; un paso más cerca, otro paso  más cerca.
Es la montaña más alta del mundo fuera de  la cordillera del Himalaya.
Imponente.


                 CIMA NORTE,  6962 METROS

En 3 horas llegamos al CAMPAMENTO CONFLUENCIA, 3400 m.
Está terminando la temporada y según la guardaparques el campamento está desolado pero a nosotros nos parecen muchas las tiendas de campana que todavía esperan a los valientes que se animen a desafiar los temporales que empiezan a llegar con el final del verano.

               CAMPAMENTO CONFLUENCIA

Nos despedimos de la montaña y volvemos con los mortales. Yo le digo adiós; Edorta un hastaluego. Quién sabe.
Bajando vamos recuperando ritmo y nos cruzamos con una recua de mulas. Suben muy cargadas y con los ojos tapados. Varios refranes toman sentido.
Registramos nuestra salida en el Centro de Visitantes y les explicamos que no vamos a hacer uso del helicóptero de rescate ni de la bolsa numerada de residuos sólidos pero no recuperamos nuestra plata.

Nos acercamos al PUENTE DEL INCA.
Está a sólo 3 kilómetros de la entrada al Parque, así que nos vamos hasta allí dando un paseo y luego el autobús nos recogerá en ese punto para llevarnos de vuelta a Mendoza.

           PUENTE Y RUINAS DEL BALNEARIO

Es un puente de piedra natural  con caprichosas formas y colores que le dan las aguas sulfurosas del río Cuevas.
Hasta 2005 se podia atravesar el puente y darse un baño en las aguas termales pero hoy está protegido y nos tenemos que conformar con fotografiarlo.
Dicen que es una de las maravillas naturales más deslumbrantes de Argentina.
Para nosotros las ruinas del balneario que permanecen debajo y el no poder acercarnos le restan puntos. Por no hablar del negocio montado alrededor, como en cualquier atracción turística que se precie.


                            BUEN ROLLITO

Estas dos visitas justifican nuestra estancia en MENDOZA.
La ciudad de las plazas, las acequias y por supuesto, el vino.
Pasamos el resto de los días callejeando a la sombra de los muchísimos árboles que son el pulmón de la ciudad.

                        PLAZA DE ESPAÑA

Mendoza recuerda a cada momento que necesita el agua del deshielo que llega por los canales que la recorren y celebra estos días la FIESTA DE LA VENDIMIA.
Las terrazas están llenas, las bodegas están llenas y un día de lluvia hace pensar en el próximo otoño, que no tardará en llegar. En todo caso, no desluce la fiesta y la elección de la Reina de la Vendimia se celebra en la Plaza de la Independencia que por las noches se llena de vendedores y compradores de todo lo imaginable. Algodón de azúcar, pulseras de cuero, manzanas de caramelo, poemas y caricaturas.

Seguimos hacia el Norte, rumbo a Córdoba.
Ya hemos visto los primeros cactus.

                    PARQUE SAN MARTIN


Cambia el paisaje, la gente y el aire.
Cambiamos con ellos.

viernes, 18 de febrero de 2011

PISO 23

Nos fuimos de Pucón con un día de niebla en el monte jugando a adivinar lagunas, senderos, bosques y volcanes.

                   BOSQUE DE ARAUCARIAS

La niebla cambia el paisaje y lo pone en blanco y negro.

                   JUGANDO AL ESCONDITE

Ese día hubo un temblor que afortunadamente no sentimos.
En el tiempo que llevamos en Chile ha habido tres temblores. Edorta sintió uno pero pensó que era el viento, que lo movía todo. Yo sentí otro y lo confundí con la aceleración de mi corazón bajando corriendo una tarde por el monte.
Sólo cuando alguien nos dijo "¿Sintieron el temblor?" nos dimos cuenta de que eran de verdad.
Los chilenos están muy sensibilizados con el tema ahora que se va a cumplir un año del último terremoto que hizo tambalearse el país.

Afortunadamente nuestro nuevo domicilio en SANTIAGO DE CHILE es un edificio antisísmico.
Dormimos en un rascacielos de 30 pisos.
Después de muchas noches compartiendo habitación, cocina y baño estos 35 m2 nos parecen la gloria.
Huele a nuevo. Televisión de plasma, sábanas de satén, piscina en la azotea y conserje las 24 horas que nos da los buenos días cada mañana.
Qué rica la civilización.

A pesar de las constantes advertencias sobre la seguridad no hemos sentido peligro en ningún momento.
Eso sí, a la noche las calles se quedan desiertas, ni un coche aparcado.
Los carabineros patrullan a pie y a caballo.
Nosotros parecemos Cenicienta, al anochecer volvemos a casa y nos ponemos a salvo de la "alevosía y nocturnidad".

Es pleno verano en Santiago y aunque dicen que en invierno la ciudad está abarrotada y más contaminada nos resulta difícil imaginarlo.
Por muchos santiaguinos que veraneen, 6.000.000 son muchos millones.
El cielo está azul todos los días pero la polución forma una película que impide ver la cordillera que nos rodea.

Nos conformamos con el paisaje urbano que tenemos más cerca y nos dedicamos a callejear.
Santiago es una ciudad de contrastes.


                        ESCULTURA INCA


En un mismo día puedes visitar el MUSEO DE ARTE PRECOLOMBINO y llenarte de cultura inca y mecerte con el  viento de las esculturas contemporáneas del CENTRO CULTURAL GABRIELA MISTRAL.

                       PECES DE COLORES


Dar un paseo por la PLAZA DE ARMAS con sus edificios coloniales y ver en construcción el que va a ser el rascacielos más alto de América del Sur.
Una mañana nos dejamos llevar por el trajín del MERCADO DE LA VEGA y recordamos que estamos en Sudamérica. Es inabarcable, inmenso. Salimos impregnados de olores y cargados de fruta.

                      LA CESTA DE LA COMPRA

Eso sí, con los pies un poco más sucios de lo que entraron. Bastante más sucios.

Con el estómago lleno vamos a los barrios de LASTARRIA y Bellavista.
En el primero encontramos tiendas de diseño y calles peatonales llenas de terrazas y restaurantes.


                       ENTRADA TIENDA AJÍ

No me puedo resistir. Me gusta el edificio y  las diseñadores que venden en su propia tienda. Salimos con una bolsa. Muy pequeña, diminuta, minibolsa.
Nuestro primer souvenir de Santiago.
Otro de los buenos recuerdos que nos llevamos es LA CHASCONA, la casa de PABLO NERUDA en el barrio de BELLAVISTA.


                     POESÍA Y CEMENTO

¿Esos dibujos nos os recuerdan a nadie?
Los poemas y los objetos personales de don Pablo lo llenan todo.
Nos hace pensar, sentir las palabras que se hacen ideas. Las ideas que se vuelven sentimientos y los haces tuyos rescatándolos de un papel.
No está mal mirar un rato hacia adentro.
Ya es suficiente. Se acabó el ensimismamiento.
Vámonos a VALPARAÍSO.

En Valpo no puedes permitirte ni un momento de distracción.
En la parte baja de la ciudad tenemos que estar atentos para no ser arrollados por un trolebus ni quedar enganchados en la maraña de cables del tendido eléctrico que se enreda en cada farola, en cada semáforo y si te descuidas en tu mochila.
Una vez que subimos en el ascensor, todo cambia

                       PASEO GERVASONI

Los cerros de Valparaíso están comunicados con 15 ascensores que nos llevan a un laberinto de calles por las que perderse.
Subimos en el Ascensor Concepción, el más antiguo de la ciudad. Lleva funcionando desde 1833.

                 CRUCE DE ASCENSORES

A partir de aquí sólo queda callejear y hacer fotos, fotos y más fotos.

                      BAR EN CERRO ALEGRE

Los tejados, los muros pintados, las escaleras infinitas, las cuestas interminables, los colores y el sol nos acompañan todo el día.

                     CAMIÓN DE VERDURA

No hay muchos turistas así que no nos tenemos que pelear con nadie por la codiciada sombra ni compartir flashes ni el mejor ángulo para atrapar los miles de detalles fotografiables del Cerro Concepción y el Cerro Alegre.
Todo para nosotros.

                        COLADA PINTADA

La bajada la hacemos andando y llegamos al puerto.
Aquí sí que hay turistas. Montones de ellos. Familias enteras dando un paseo en barca por la bahía y comiendo un helado.
Volvemos a dormir a Santiago.

Subiremos en otro ascensor hasta el PISO 23.



jueves, 10 de febrero de 2011

TRES MESES Y NUEVE DIAS

Y no es una condena.
Ni el tiempo de embarazo, que no se dónde tenéis la cabeza.
Ya hemos pasado el ecuador del viaje.

Qué hartura de verde.
Verde musgo, verde esmeralda, verde botella, verde pistacho, verde caqui, verde manzana, verde quirófano, verde menta, verde aceituna y más.
Hay tantos bosques, tantos árboles y tantos lagos que la gama de verdes resulta infinita.
Estos últimos días hemos estado en la REGIÓN DE LOS LAGOS argentina.
Nuestras paradas han sido Villa La Angostura y San Martín de los Andes.

En VILLA LA ANGOSTURA  estuvimos alojados en el Hostel El Hongo, tiene el nombre bien puesto, nada más entrar te pica todo. En fin, lo dejamos a vuestra imaginación, lo importante es que salimos de alli sanos y salvos.
Lo mejor del hostel fue la gente, un grupo de argentinos con los que coincidimos la última noche que nos hicieron reir sin parar.
En los alrededores de La Villa pudimos disfrutar del BOSQUE DE ARRAYANES, la subida al CERRO BELVEDERE y muchos rincones en los que tumbarte a ver el ir y venir del agua del lago NAHUEL HUAPI. Las playas a orillas del lago son  preciosas y muy tranquilas en cuanto te alejas unos metros del acceso principal.

                             PLAYA NAHUEL

En cuanto subes un poco las vistas de los lagos y la cordillera son impresionantes. Las truchas no llegan a apreciarse bien en la distancia pero en el plato están de escándalo.

                      CIMA CERRO BELVEDERE

Si a eso le sumamos las galletitas de avena y las barras de cereales que encontramos en una Rotiseria  podemos decir que nos fuimos con muy buen sabor de boca.

Haciendo la RUTA DE LOS 7 LAGOS llegamos a San Martín.
110 kilometros en los que no das a basto para mirar lagos y bosques por todas partes mientras el traquetreo del bus es constante por las piedras del camino de ripio. La media es de 20 km/h así que podéis hacer cuentas del tiempo que cuesta el trayecto.
La medida del tiempo se nos antoja diferente, debe de ser la falta de prisa por llegar a casa, no hay nadie esperándonos.
Han pasado más de tres meses desde que cargamos la mochila por primera vez. Ya no nos pesa.

SAN MARTÍN DE LOS ANDES nos resulta una ciudad amable desde el principio.
Está enclavada en un entorno espectacular, como no podía ser de otra manera, rodeada de montañas a la orilla de un lago.
En este caso es el  Lacar. Lo vemos gris, verde, con espuma...los cambios de tiempo siguen siendo constantes.

Tenemos ganas de monte, así que subimos al CERRO COLORADO.
Toda una aventura. Hay que atravesar una comunidad mapuche para acceder al sendero.

BOSQUE COMUNIDAD MAPUCHE
                                                                                                                          
Suena muy interesante pero en realidad se resume en que tienes que pagar unos pesos y confraternizar con los niños que venden pan casero y artesanía de madera.
La ascensión es muy empinada a lo largo de 1100 m de desnivel y la llegada a la cima tiene premio. Ademas de la roca volcánica roja de la cumbre nos descubrimos rodeados de volcanes. El Lanin al lado, el Villarrica detrás y el Osorno a lo lejos. Es nuestra primera aproximación a las montañas de fuego, así que estamos emocionados. El viento y el frío nos hacen bajar rápido. Nevados, brillan al sol. Estamos deseando acercarnos.
Despues de 8 horas llegamos al inicio de sendero y nos quedan 3 horas de pista hasta llegar a casa, así que volvemos a hacer autostop. 
Al primer intento para un  jeep del ejército. Afortunadamente para nosotros hoy el soldado  del Regimiento de Caballería de San Martín que hace la ronda ha dejado el caballo en el cuartel; hubiera sido un poco más incómodo aunque seguramente no hubieramos tragado tanto polvo.
Por lo bien que lo hemos hecho vamos a cenar a una pizzeria.
Todo un acierto. Saboreamos cada crujido de la masa, cada hilo cremoso de mozzarella. La mejor pizza del mundo.

En los alrededores de San Martín vamos a PLAYA CATRITE. Llegamos andando después de un paseo de 5 kilómetros y el almuerzo y la siesta al sol hacen que nos de pena irnos. Otro rincón donde perderse.
No podía faltar la lluvia, así que pasamos el resto del día callejeando. Mucha artesanía y ambiente deportivo. Mas de 1200 corredores están aqí esperando el comienzo de una competición de 100 kilómetros cruzando la cordillera. 

Intentamos la subida a otro cerro, CERRO MALLO. Lo pronuncian con una sola L.
No fuimos nada intuitivos, con ese nombre  teníamos pocas posibilidades de llegar a la cumbre.
La aproximación era en colectivo y llegó con 1,30 H de retraso. Teniendo en cuenta que el tiempo estimado era de 8 horas para subir y bajar, la cosa empezaba complicándose.
Además no  encontramos el  inicio del sendero a la primera y supuso otra 1,15 H de demora.
Cuando llegamos al inicio real del camino eran las 13,15 H así que ya no nos daba tiempo.
Pusimos en marcha el plan alternativo, salir a la pista y ver que pasaba.
Pasó que una pareja de argentinos nos llevó en su Toyota Land Cruiser el resto del día.
Fuimos a un lago, una cascada y unas termas en la zona de Hua Hum, paso fronterizo chileno.

 
                            TERMAS DE QUENI

El todoterreno se metió por caminos imposibles, cruzamos arroyos con tan buena suerte que la profundidad no nos hizo atascarnos y el sendero final hacia las termas mereció la pena.
Agua caliente, muy caliente en un entorno idílico. El agua brotaba de la tierra casi hirviendo, el humo lo envolvía todo, los helechos rezumaban humedad y nosotros ahí sudando. Fue fácil  olvidarnos del Cerro Mallo.

Después de 5 noches en San Martín nos vamos a PUCON, en Chile.
Esta vez pasamos la frontera sin contratiempos, con fruta y pipas en los bolsillos.
Dicen que Pucon se odia o se ama. Nos quedamos con lo segundo.
Un oasis, otro paraíso.
Esta vez dormimos en habitación privada en un Hostel a los pies del VOLCAN VILLARRICA.
El volcan echa humo constantemente, no podemos apartar la vista.
Vas al supermercado, levantas la vista y ahí está.
Vas al Banco y ahí esta.
Domina toda la ciudad y no nos cansamos de mirarlo.
Lo mejor de todo es que vamos a intentar subir.

La expedición está compuesta por dos suizas, uno de Burlada, una de Pamplona, un guía mapuche y otro chileno.
La ascensión empieza a 1800 m. Hasta ahí subimos en telesilla que sólo funciona los dias plácidos, sin viento, como hoy.

           TELEFERICO AUSTRIACO DE 1940

No hay ni un cinturón, ni un barra de seguridad así que yo me abrazo al piolet y Edorta se atreve a hacer las fotos.
Creo que esta parte es la mas peligrosa de la ascensión.
Después de esto, coser y cantar.
Subimos pisando mucha nieve y con mucha mas gente.
Nuestro grupo es pequeño pero los guías calculan que hoy estaremos atacando la cima unas 150 personas. Estamos de suerte, el día anterior fueron 350.

                          FOTO DE EQUIPO

En la subida nos vamos separando y Alejandro, Edorta y yo llegamos primero.

                             PISANDO NIEVE

Nos resulta fácil, no hay ninguna complicación técnica, solo hay que subir, un paso tras otro.
El clima es la mayor dificultad. Hay veces que hay que esperar días y días para poder subir y otros que hay que dar media vuelta porque el tiempo es muy cambiante. Hoy las condiciones son perfectas, así que lo aprovechamos y disfrutamos mucho del camino.
En la cima se nos acumula el trabajo. Si miras el cráter no ves los volcanes de alrededor. Si te dejas envolver por el humo no ves el cráter. Si te haces una foto con el paisaje te pierdes el mar de nubes. Un sinvivir.

                  CRATER DEL VILLARRICA

Huele a azufre.
Se oye el centro de la tierra. La lava no se ve aunque esta a unos 200 metros de la boca del cráter.
El paisaje es impresionante, estamos rodeados de volcanes a los que el guia pone nombre.
Se los sabe todos.
Contamos 10 conos volcánicos.

                    CIMA DEL VILLARRICA

Si cerramos los ojos no es difícil imaginar que tiembla el suelo, pero no.
Todo el tiempo que nos ha costado subir los 1000 metros de desnivel se fulmina en la bajada.
Bajamos por una especie de toboganes hechos en la nieve por miles de culos internacionales que dejan su huella cada ía.
Muy divertido y rápido. La nieve llega casi hasta el telesilla donde nos espera la furgoneta para devolvernos al mundo de los mortales.
En mapuche el volcán se llama Casa del demonio.
Todo sigue en orden, nada tiembla.
Ahora miramos el volcán de forma diferente, hemos estado allí arriba, rozando las nubes.
Si Pucón solo tuviera el volcán sería más que suficiente pero es que además nos permite ir al PARQUE QUERQUEHUE  y disfrutar de una caminata en la que el aire es tan puro, los bosques tan verdes y el agua de los lagos tan limpia que cuesta creer que son de verdad.
Bañarse en PLAYA BLANCA es  un auténtico placer. De los que nos hace suspirar y poner cara de tontos cada vez que sacamos la cabeza del agua.

Nos vamos de Pucón cargados de energía.
Energía del volcán y energía del sol.
Impagable.