El gigante nevado.
El techo de América.
El volcán de las nieves perpetuas.
Con todos ustedes el ACONCAGUA.
Nos levantamos a las 5,00 H para coger el Expreso de Uspallata que nos deja 4 horas después en la entrada del PARQUE NACIONAL ACONCAGUA.
Entre curva y curva amanece y empezamos a desperezarnos. Pasamos durmiendo la mayor parte del viaje. Los colores de las montañas de USPALLATA con la luz de la mañana cobran vida.
Parecen un decorado, fueron un decorado. El de la película "Siete anos en el Tibet" que fue rodada aquí por su parecido con los paisajes de Asia Central.
Nada mas pasar el cartel nos encontramos con el Centro de Visitantes.
ENTRADA AL PARQUE, 2900 METROS
A sacar la cartera.
El permiso de un día de trekking en el Parque cuesta 75$ a los extranjeros y 25$ a los argentinos.
Si lo llegamos a saber tramitamos antes de venir la doble nacionalidad.
Subimos más ligeros después de dejar un monton de monedas y billetes en la taquilla.
La previsión del tiempo es buena para hoy, despejado y con ligero viento sur (frio).
Empezamos a subir a buen ritmo, llevamos poco peso en la mochila y adelantamos a Gerard, un polaco que planea alcanzar la cima de aquí a 11 días si las condiciones meteorológicas lo permiten. Su mochila es gigante y muy pesada.
Hoy es su primer día de aproximación y aunque no lo tenía previsto dice que al llegar al campamento contratará mulas que lleven su carga durante los próximos días. Demasiado peso.
Le deseamos suerte para alcanzar la cima.
Nos desea suerte.
Se va notando la altura y nos cuesta más avanzar.
El sendero está muy pisado, no tiene pérdida y cada vez que levantamos la cabeza ahí está el Aconcagua; un paso más cerca, otro paso más cerca.
Es la montaña más alta del mundo fuera de la cordillera del Himalaya.
Imponente.
En 3 horas llegamos al CAMPAMENTO CONFLUENCIA, 3400 m.
Está terminando la temporada y según la guardaparques el campamento está desolado pero a nosotros nos parecen muchas las tiendas de campana que todavía esperan a los valientes que se animen a desafiar los temporales que empiezan a llegar con el final del verano.
Nos despedimos de la montaña y volvemos con los mortales. Yo le digo adiós; Edorta un hastaluego. Quién sabe.
Bajando vamos recuperando ritmo y nos cruzamos con una recua de mulas. Suben muy cargadas y con los ojos tapados. Varios refranes toman sentido.
Registramos nuestra salida en el Centro de Visitantes y les explicamos que no vamos a hacer uso del helicóptero de rescate ni de la bolsa numerada de residuos sólidos pero no recuperamos nuestra plata.
Nos acercamos al PUENTE DEL INCA.
Está a sólo 3 kilómetros de la entrada al Parque, así que nos vamos hasta allí dando un paseo y luego el autobús nos recogerá en ese punto para llevarnos de vuelta a Mendoza.
PUENTE Y RUINAS DEL BALNEARIO
Es un puente de piedra natural con caprichosas formas y colores que le dan las aguas sulfurosas del río Cuevas.
Hasta 2005 se podia atravesar el puente y darse un baño en las aguas termales pero hoy está protegido y nos tenemos que conformar con fotografiarlo.
Dicen que es una de las maravillas naturales más deslumbrantes de Argentina.
Para nosotros las ruinas del balneario que permanecen debajo y el no poder acercarnos le restan puntos. Por no hablar del negocio montado alrededor, como en cualquier atracción turística que se precie.
Estas dos visitas justifican nuestra estancia en MENDOZA.
La ciudad de las plazas, las acequias y por supuesto, el vino.
Pasamos el resto de los días callejeando a la sombra de los muchísimos árboles que son el pulmón de la ciudad.
Mendoza recuerda a cada momento que necesita el agua del deshielo que llega por los canales que la recorren y celebra estos días la FIESTA DE LA VENDIMIA.
Las terrazas están llenas, las bodegas están llenas y un día de lluvia hace pensar en el próximo otoño, que no tardará en llegar. En todo caso, no desluce la fiesta y la elección de la Reina de la Vendimia se celebra en la Plaza de la Independencia que por las noches se llena de vendedores y compradores de todo lo imaginable. Algodón de azúcar, pulseras de cuero, manzanas de caramelo, poemas y caricaturas.
Seguimos hacia el Norte, rumbo a Córdoba.
Ya hemos visto los primeros cactus.
PARQUE SAN MARTIN
Cambia el paisaje, la gente y el aire.
Cambiamos con ellos.