sábado, 26 de marzo de 2011

A RITMO DEL SOL

Sin reloj, sin horario, sin prisa y con sol.
Esta última semana ha sido el que ha marcado el ritmo y nos hemos dejado llevar.

Nos habíamos quedado en Humahuaca.
Desde allí viajamos el 21 de marzo a JUJUY sin más imprevistos que un control en busca de droga.
Son muy frecuentes en esa zona, cerca de la frontera con Bolivia.
Empieza el otoño y no hay hojas que caigan.
A los cuatro turistas del bus no nos registran pero el resto de pasajeros pasa un control muy estricto. Sólo requisan un paquete; entre tanta gente  nos parece poco.
Y decimos tanta gente porque además de los que hemos tenido suerte y vamos sentados, el autobús va abarrotado. Sacar la cabeza por la ventanilla es un alivio.

San Salvador de Jujuy es la primera ciudad por la que pasamos sin pena ni gloria.
No tenemos tiempo más que para buscar alojamiento, comida y comprar billetes de autobús.
Caemos rendidos en nuestras literas. Hoy compartimos habitación con una holandesa y una argentina. Nos gusta dormir con chicas, entre otras cosas porque no suelen roncar.

A la mañana siguiente cogemos otro bus con destino SAN PEDRO DE ATACAMA.
Pasamos de nuevo a Chile por el Paso de Jama. El paisaje es fascinante.
Ocho horas atravesando Salinas Grandes, rodeados de volcanes y viendo llamas y vicuñas a los lados de la carretera. La aridez va ganando terreno y el verde desaparece.

Al llegar a San Pedro los colores que mandan son el azul y el "arena".


                         TAPIA ATACAMEÑA


Es un pueblo con encanto, de los que recomendar sin duda.
La primera noche dormimos en un Hostel "infumable". Lo peor de lo peor. Seis literas metidas a presión en un habitáculo minúsculo, baños indecentes y cucarachas en las mesas del patio.
Más vale que esa noche es corta y buscamos otro lugar en el que pasar las cuatro noches que nos quedan en San Pedro.
El Anexo de la Casa de Esteban es una casa tradicional atacameña de paja,  madera y adobe con gallinas, hamacas en el jardin, niños y una única regla: vive y deja vivir. Es fácil sentirse cómodo aquí. De día el ir y venir de gente es constante, de noche dormimos como bebés, para qué queremos más.

En el pueblo hay muchos turistas, así que también hay muchas agencias que organizan excursiones a los alrededores, tiendas de artesanía, bares  y restaurantes. Cada una de sus entradas merece una foto. La iglesia la merece, las terrazas de la plaza también.

                              SOLMÁFORO

Afortunadamente estamos en otoño y el sol no calienta tanto como hace un par de meses pero en todo caso cae implacable desde el amanecer.

Ahí queríamos llegar, al amanecer.
El 23 de marzo a las 4'30H de la mañana nos montamos en un microbús con otros 14 somnolientos turistas y vamos a ver los GEISERES DEL TATIO.
Es una zona geotérmica a 4300 m de altitud con mucha actividad de geiseres y fumarolas que a esa hora, por las bajas temperaturas, se aprecian muy bien.
Con un té caliente entre las manos esperamos el amanecer escuchando el burbujeo del agua al borde de la superficie.
El frío es intenso y dudamos de que funcione la cámara de fotos, pero todo va bien.

                     AMANECER EN EL TATIO

El panorama es espectacular, el frío nos hace acercarnos mucho a la boca de los geiseres y querer que nos envuelva el vapor.

               DESDE EL CENTRO DE LA TIERRA

Después de una hora esquivando chorros de agua hirviendo y turnándonos para sacar las manos de los bolsillos y hacer fotos, decidimos que es suficiente y volvemos al micro para seguir con la excursión.

                            5º BAJO CERO

El resto de la mañana la pasamos recorriendo los alrededores de San Pedro llenos de cactus, arena y pistas polvorientas hasta las 13'00 H, hora en la que caemos fulminados en la cama a echar una siesta temprana en nuestro refugio de adobe que no necesita aire acondicionado ni ventilador.

El día siguiente vamos al  VALLE DE LA MUERTE, una zona entre la Cordillera de la Sal, Los Andes y la Cordillera Domeiko en la que la sal y la erosión han formado paisajes inimaginables.

                      PIEDRA DEL COYOTE

La naturaleza ha necesitado millones de años para dar forma a este lugar, damos cada segundo por bien empleado.
Formaciones de sal, dunas y un horizonte lleno de volcanes lo convierten en un lugar especial.

                        EN MITAD DE LA DUNA

Lo más divertido del día es la bajada de un par de dunas gigantes.
La primera la bajamos corriendo, la segunda mucho más despacio porque nos da pena llegar al final.

                               BAJO EL SOL

Vamos a buscar el atardecer al VALLE DE LA LUNA, donde los volcanes se tiñen de rosa y puedes perder la mirada en montículos que no encontramos mejor palabra para definirlos que "lunares".

                     LA TIERRA Y LA LUNA

Ahora viene la parte menos poética. La comunidad indígena que gestiona la entrada a este Parque (A estas alturas no pensariais que era gratis, ¿verdad?) nos despacha apenas se esconde el sol  y nos quedamos con las ganas del espectáculo de colores del atardecer,  con la miel en los labios. Nos unimos a la fila de turistas que baja por el sendero. Eso sí, somos los últimos, apurando el rosa que se vuelve violeta, girando la cabeza ahora que el sol ya no deslumbra para ver la cumbre nevada de los volcanes todavía iluminada.

                 ESPERANDO EL ATARDECER


De la luna ni hablamos, estos días está saliendo alrededor de medianoche y son apenas las 20'00 H cuando cambiamos las gafas de sol por la chaqueta y volvemos a la civilización.

Los días en Atacama son abrasadores y las noches frías.
Los paisajes de día ya los conocemos.
¿Cómo serán por la noche?
Vamos a descubrirlo de la mano de un astrónomo francés que organiza excursiones al desierto para ver las estrellas.
No se conforma con eso. Nos enseña a mirar el cielo.
El menú es formidable: estrellas fugaces, la Vía Láctea, el Cinturón de Orión, la Cruz del Sur, estrellas de colores, nebulosas, Saturno con sus anillos...no damos a basto para buscar galaxias a años luz en el cielo, los anillos de Saturno en el telescopio y no perdernos nada de las explicaciones que añadimos a una carpeta nueva para nosotros. La llamaremos "Astronomía" y esperamos no aficionarnos demasiado, que los telescopios son muy caros.
A la vuelta observaremos el cielo del hemisferio norte, otra cosa que queremos aprender.

Nos vamos cargados de experiencias nuevas de San Pedro; llenos y satisfechos.
El domingo 27 cruzamos una nueva frontera que no teníamos prevista, seguimos hacia el norte rumbo a Bolivia.
El Lago Titicaca nos llama y no nos queremos resistir.
Acompañadnos, que queda poco.








domingo, 20 de marzo de 2011

TRÓPICO DE CAPRICORNIO

Hoy vamos a empezar por el principio.Vamos a situarnos. Por fin, un mapa.


NOROESTE ARGENTINO


Nuestra ruta por el noroeste argentino empezó en SALTA.
El viaje hasta allí resultó de lo más placentero. El único percance fue que se rompió la correa del autobús y tuvimos que esperar a que viniera otro a recogernos en mitad de una quebrada para poder seguir el camino. Unos kilómetros después todos los pasajeros tuvimos que bajar para cruzar un puente porque el conductor dijo  que era más seguro cruzarlo a pie. Por supuesto, todos obedecimos sin rechistar.

Llegamos a Salta de lo más relajados e íbamos a decir que sobre el horario previsto pero ya hace mucho que no consultamos el reloj ni comprobamos la hora de llegada. Tiempo tenemos, prisa no hay.
Nos habían dicho que el norte argentino era más barato y en cuanto a alojamiento lo hemos comprobado.
El Hostel de Salta es el más barato hasta ahora, pagamos 80 pesos por la habitación doble.
En los cuatro días que pasamos allí nos empapamos de civilización, entre otras cosas.
750.000 habitantes son muchos.
Nos rozamos con muchos de ellos en las aceras estrechas de Salta, compartimos banco con otros comiendo un helado en la PLAZA en una noche de verano.
¿Que de qué eran los helados?  Uno de limón y chocolate blanco y el otro de dulce de leche y chocolate blanco. ¿Jugamos a cada oveja con su pareja? A ver si acertáis.

En la misma plaza nos encontramos con el MUSEO DE ALTA MONTAÑA.
Imperdible.
Es un museo de arqueología de las cumbres andinas. En más de 200 de ellas se han encontrado restos arqueológicos, en su mayor parte vinculados a los incas.
Tenemos la suerte de hacer la visita guiada por una apasionada colaboradora del museo que canta canciones rituales quechuas y nos hace repetir palabras que suenan mágicas en su boca y torpes en las nuestras.
El tesoro de este museo son "Los Niños de Llullaillaco".
Son tres niños que vivieron hace más de 500 años y fueron enterrados en la cumbre del volcán de ese nombre a 6739 m de altitud.
Hoy están en el museo en un estado de conservación asombroso que permitieron las condiciones de temperatura y humedad de la cima del volcán, mantenidas ahora en cámaras artificialmente.
Nosotros vimos a "La Niña del Rayo".
Cada 6 meses, según criterio de los científicos, se puede ver a uno de los niños, para minimizar su exposición a la luz.
Su pelo, sus collares, su cuerpo en cuclillas, su ropa de lana, sus sandalias y toda su piel tienen 500 años.
Sus ojos llevan cerrados 500 años.

Salta de día, además, nos permitió ver la IGLESIA SAN FRANCISCO e ir a la peluquería.


IGLESIA SAN FRANCISCO
 
Subir en TELEFÉRICO al Cerro San Bernardo y hacer la colada.
Ver la CATEDRAL iluminada de noche y comprar víveres.
Necesitábamos una parada técnica.


                 ARQUITECTURA COLONIAL


Vamos a retomar un par de ideas: "empapados" y "hostel barato".
La última noche llovió. Una tormenta de las que te hace temblar con cada trueno. Nos mojamos.
Eran las 2,30 H y empezamos a notar gotas sobre la cara. Qué raro, qué sueño tan real. Una gota, otra gota.
Eran goteras sobre nuestra cama y lo que es peor, sobre nuestra cabeza.
Tuvo arreglo, la habitación era grande y movimos la cama a la "zona seca".
La  lluvia que está cayendo en el último mes tiene paralizado el Tren de las Nubes porque corren peligro de derrumbe los puentes por los que pasa llegando a los 4575 m.
No ha sido el único plan truncado en estos días: En diciembre compramos los billetes de avión y reservamos una cabaña en Rapa Nui, la Isla de Pascua.
La semana pasada la compañía aérea canceló nuestro vuelo así que la foto de los moais seguirá siendo un sueño.
Volviendo a la realidad, de Salta hicimos el trayecto de 180 km a PURMAMARCA.
Si estais esperando algún contratiempo en el colectivo, error. Lo único reseñable fue que vendieron dos veces nuestros billetes, así que éramos cuatro culos para dos asientos. Nada que no tenga solución, un rato de pie y enseguida se hizo un hueco y todos pudimos ir sentados.


                 EL ALMACÉN DE LA ESQUINA


Purmamarca es un pueblo de adobe y polvo rodeado de un paisaje maravilloso, el CERRO DE LOS SIETE COLORES.


COLORÍN COLORADO


Llegamos en pleno carnaval.
Iban por las calles manchados de polvo blanco por fuera y muy mojados de cerveza por dentro, algunos disfrazados de diablos cargados de espejos y pegando con su diabólica cola a los pobres mochileros que llegábamos desconcertados a su pueblo de fiesta.
Lo del polvo blanco era talco perfumado o harina. Aquí la coca la mascan, no la hacen polvo.
El hombre que nos vende el pan tiene una bola en la boca a la que no para de dar vueltas. Son hojas de coca que quitan el hambre y el cansancio, instinto de supervivencia cuando no hay mucho más de lo que alimentarse.
A 2190 m de altitud cultivan maíz y patatas. La tierra no da para mucho más.
Son gente curtida por el sol y el viento, con orígenes quechuas y muy cerca de sus vecinos bolivianos. Apegados a su cultura y sus tradiciones y jugando a la Play con la camiseta de Messi en el ciber.
Los niños, entrañables.
Juegan a canicas y hacen montones de tierra en la plaza. Se ríen, llenos de polvo.
La plaza es un hervidero, todo gira a su alrededor.

VENDEDORA


El algarrobo milenario, la iglesia de adobe y cardón y el mini Cabildo -el más pequeño de Argentina- están en la plaza.

Si levantas la vista ves el Cerro. Rocas marinas sedimentarias de 600 millones de años.
Las más antiguas son grises, verde oscuro y violáceas. Las más nuevas, rojizas y rosa claro. Si a alguien le interesa la Geología, que investigue los procesos de oxidación y sedimentación en el Cerro de los Siete Colores. Páginas y páginas.


   MUCHO MÁS QUE SIETE COLORES

Los matices son muchos, nos salen más de siete. Pisamos piedras de todos los colores. Las doradas brillan al sol, las naranjas lo atrapan.
Entre ellas crecen los cactus candelabro (cardones), otros más pequeños y aunque parezca mentira, algunas flores y arbustos espinosos.


                       PINCHOS Y FLORES


¿Preparados para subir?
Vámonos a 2460 m, TILCARA.

Más adobe y más polvo.


                  HUELLAS DEL CARNAVAL

Artesanía y naturaleza poderosa en forma de sol abrasador, viento frío y lluvia implacable. Todo en el mismo día.
Estamos hechos un lío. Nos damos crema de protección 30 para el sol y empieza a llover. Nos ponemos el goretex y el sol nos hace sudar sin compasión.
Eso sí, hay algo predecible 100 % : la hora de la siesta. Amplia hora de la siesta.
De 13'00 H a 17'00 H el mundo se detiene. Sólo estamos en la calle los que no tenemos casa.
Es el momento de subir a un mirador a ver el paisaje que rodea el pueblo, que sigue siendo impresionante y lleno de colores. Será nuestro restaurante de hoy; bocadillos, fruta y frutos secos en el menú. Buscamos el sol. Quema. Buscamos la sombra. Hace frío.


                       PAISAJE PINCHUDO


Siguiendo el camino, la GARGANTA DEL DIABLO nos hace asomarnos al precipicio y retroceder rápidamente.


                            SOBRA EL CARTEL



                          EL RÍO AL FONDO

Por la tarde vamos al PUCARÁ, fortaleza prehispánica llena de historia y piedras. Muchas piedras.



                           ENCAJONADOS


De vuelta al pueblo encontramos nuestro refugio para las noches frías de Tilcara. Es un bar-librería con una tarta de membrillo deliciosa, conversación y proyección de películas de vez en cuando.
Suena Sabina cuando entramos.
Tenemos suerte con el ciclo de cine de marzo, toca  películas nacionales y vemos Sin Retorno.
Otro rincón al que volver.

De camino a HUMAHUACA pasamos por la línea imaginaria del TRÓPICO DE CAPRICORNIO, curioso, nos vamos acercando al Ecuador.
Ya estamos a 2940 m y se nota.
Una ligera pesadez de cabeza, congestión y respiración más lenta.
"Soroche", "apunamiento", mal de altura.
Nos ofrecen hojas de coca pero preferimos esperar unas horas para ver si nuestro cuerpo puede aclimatarse solo.
Somos fuertes, todo va ubicándose en su lugar. Eso sí, andar deprisa nos hace jadear y de correr ni hablamos. Todas las calles parecen cuesta arriba.
Nuestro máximo esfuerzo en estos días es la digestión de la carne de llama que comimos con patatas hervidas y verduras. Rica, nos supo a poco.


                         MENÚ SORPRESA

Las tormentas nos permiten largos ratos de charla. Hay que ver lo que les gusta "conversar". Buenos contertulios, apasionados discutidores. Los temas recurrentes suelen ser el machismo, el dinero, el carácter argentino y Maradona- el Diego-.
Entre trueno y trueno, partidas de ajedrez- si alguien se ofrece para darnos un cursillo a la vuelta será bienvenido- y chinchón. Todavía no hemos aprendido a jugar al "Truco", no perdemos la esperanza.

Damos por terminada nuestra aclimatación en Humahuaca.
De aquí vamos rumbo a San Pedro de Atacama, Chile. Otra frontera, otro colectivo y la misma mochila, cada vez más ligera y llena de polvo del norte.
Donde hay polvo hay alegría.


viernes, 11 de marzo de 2011

BUENA SEÑAL

Es una buena señal que no hayamos escrito antes. Todo el tiempo libre que tuvimos en Mendoza se ha convertido en trajín conforme avanzamos hacia el Norte.
La bella CÓRDOBA nos estaba esperando con los estudiantes de la Universidad más antigua del país a punto de comenzar el curso.
Es una ciudad con historia, con adoquines que pisar y museos donde quedarte con la boca abierta.
Como no puede ser de otra manera, ahí está su Mercado Artesanal.


                     ATARDECER DE TIENDAS

El calor aprieta y buscando la sombra llegamos a la Manzana Jesuítica que nos lleva a la Catedral. Suenan las campanas. Las mismas que escuchaban los cientos de personas que pasaron por el Centro Clandestino de Detenciones que está en el callejón de al lado.
Hoy es el MUSEO DE LA MEMORIA.


                     LA PUERTA DEL HORROR

Espeluznante. Visita obligada. Bofetón de realidad. Duele.
Más de 30.000 desaparecidos que pasaron por sitios como éste.
Hoy podemos sentarnos en el "tranvía", los bancos de cemento donde esperaban la próxima paliza con los ojos vendados. Podemos leer los álbumes que han hecho sus hijos, sus hermanas y sus amigos con fotos, buenos recuerdos, cintas de colores y toneladas de amor que pesan cuando los abres y pesan todavía más cuando los cierras cargados de lágrimas.


                           DESAPARECIDOS

Muchos nombres, demasiados.
Jaime y Jueves. El perro y el gato del Hostel también son inolvidables. Se tumban en nuestras camas, se comen nuestros cepillos de dientes y todo bajo la complaciente mirada de Ale, la mexicana que al decirle que somos de Pamplona nos ubica perfectamente y recuerda lo bien que se lo pasó en la "pamplonada" y cuántos tomates se tiraban. Eso sí que es memoria selectiva.
Pasamos 6 días conociendo la provincia de Córdoba.
Fuimos al Parque Nacional del Condorito.
Seis horas de caminata con montones de cóndores con su bufanda blanca sobrevolando un cañón de paredes infinitas.
También fuimos a Alta Gracia y en el mismo día visitamos una estancia jesuítica, la casa del Che y la casa donde murió Manuel de Falla.


                        LA MIRADA DEL CHE

Tenemos muchas carpetas abiertas  con diferentes archivos. No sé qué va a pasar el día que nos pongamos a ordenarlas. De momento, vamos guardándolo todo más o menos junto, más o menos revuelto.

No podíamos irnos sin acercarnos a la sierra cordobesa, así que fuimos al pueblo de Cabalango a  pasar un día de campo con cabalgata incluida.
El paseo a caballo estuvo bien, incluso muy bien pero disfrutamos todavía más del mate, el asado y la conversación con Marcelo, un ex jugador profesional de polo tan apasionado discutiendo como invitándote a "matear".

                          TOMBA Y CALALA

Todo lo bueno se acaba.
Nos vamos a TUCUMÁN.
Es la cuna de la independencia argentina y se ocupan de recordarnos que "ustedes no descubrieron nada". Completamente de acuerdo, cambiamos de tema.
Hablamos de sus edificios coloniales, de la vegetación exhuberante -yunga- que rodea la ciudad en cuanto te acercas a las quebradas y aquí viene lo bueno: de la excursión que nunca debimos hacer.
Todo empezó a las 8'00 H cuando nos recogió un microbús para pasar el día conociendo los alrededores de Tucumán en compañía de  otros 12 intrépidos concursantes.
Si hay que salvar algo nos quedamos con Tafí del Valle, el Parque de Menhires y las ruinas de Quilmes.

                      SÍMBOLO DE FERTILIDAD

                   RUINAS  PREHISPÁNICAS

El resto de la excursión pasó sin pena ni gloria, la habríamos olvidado pronto si no fuera porque en el camino de vuelta nos quedamos bloqueados en la carretera por un desprendimiento que provocó la lluvia junto a cientos de personas más que hacían esa ruta, otra vez en manos de la naturaleza.
El ingeniero jefe está de fin de semana, las máquinas trabajan más despacio de noche y nos dieron las 10 y las 11, las 12 la 1, las 2 y las 3 y vimos amanecer y cantaron los gallos y aclaró un poco más el día y a las 8,30 H arrancamos de vuelta a Tucumán.
La noche más larga de la historia nos dio tiempo a madurar una idea: teníamos que salir de allí cuanto antes, así que hacemos la mochila en cuanto llegamos al Hostel y salimos corriendo hacia la estación  a coger el primer autobús que nos saque de allí. Repetimos: recién salimos hacia la terminal a agarrar el primer colectivo que nos saque de allá.
Qué derroche de lucidez el nuestro, qué acierto.
Este viaje resulta mucho más plácido. Hacemos el mismo recorrido que hicimos en la excursión pero esta vez sólo nos bajamos del autobús para ver cómo un camión con carga inflamable se ha quedado atascado en una curva al borde del precipicio. El conductor no se atreve a moverlo porque está a punto de volcar y bloquea la carretera. Después de un buen rato estudiando la situación el conductor de nuestro bus se pone al mando y le indica las maniobras para salir del lío. Ha habido suerte, todos sanos y salvos seguimos ruta.
Llegamos a CAFAYATE.
Una plaza arbolada, bodegas, tiendas de artesanía y el ritmo del norte. Para qué queremos más. Un lugar donde se viaja en el tiempo, donde quedarse y reponer fuerzas.

DE TODO UN POCO

Lo que no sabíamos era que en Cafayate íbamos a pasar miedo.
La miedosa soy yo, sobra decirlo. Os cuento mi versión:
Trekking de las Cascadas del Río Colorado. Lo queremos hacer solos pero resulta imposible, el camino no está marcado, así que vamos con un guia, una pareja de holandeses y otra de porteños.
5 horas de caminata por un cañón de montañas rojas y cactus de Lucky Lucke cruzando un río crecido con las últimas lluvias.

                             RÍO COLORADO

En el primer cruce pensamos en quitarnos las botas para no mojarlas. El guía se ríe. Vamos a cruzar ese río 12 veces y el agua nos llegará a la cintura.
Ahora vienen una buena noticia y una mala.
La mala: me caigo al río.
La buena: sólo una vez.
Si os parais a pensarlo es un porcentaje realmente bajo. Además la cámara iba en la mochila de Edorta, las naranjas del almuerzo son sumergibles, el guía me agarra fuerte y no me lleva la corriente y la holandesa hace un reportaje fotográfico secuencia a secuencia que creo que guardaré como uno de los recuerdos más preciados de este viaje. Todavía no tenemos esas fotos, así que no las podemos incluir aquí. Si nos las envía pronto las compartiremos.
Después del chapuzón estoy a punto de no continuar pero no sé qué cable se me cruza y sigo adelante.
No sé si os había dicho que el guía tiene 17 años y su percepción del riesgo es un poco diferente a la mía, así que añadimos trepadas y pasos por cornisas a la caminata y ya tenemos todos los ingredientes para una experiencia inolvidable.

                               A REMOJO

Cuando acabamos el recorrido estoy tan contenta y tan satisfecha de haber sido capaz de hacerlo que doy saltos de alegría.
La versión de Edorta es más breve: "Un paseo, no tiene nada".


                           EN SU HABITAT

Después de tanta agua vamos a la QUEBRADA DE LAS CONCHAS para compensar. Una  zona muy árida que forma un cañón esculpido por el río Las Conchas que desciende de los Andes y crea formaciones rocosas con nombres tan sugerentes como Las Ventanas, La Garganta del Diablo y Los Castillos.
Un festival de formas y colores.

                    QUEBRADA DE CAFAYATE

Queremos contar tantas cosas que se nos queda mucho en el tintero, así que tendremos que volver a escribir otro día.
Desde más al norte, desde más cerca de casa.
No os vamos a engañar, a estas alturas de la película os echamos de menos.